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Te comparto la reseña de Daniel a quien puedes seguir en Instagram, Twitter y Goodreads. Sus reseñas son profundas (él mismo confiesa que toma muchas notas mientras lee) y hubo además algunos temas que me compartió personalmente para no incluir spoilers en la reseña. Le agradezco mucho porque «Entre redes» no es el tipo de novelas que suele leer:

Reseña original de Daniel Penagos en Goodreads

Todas las vidas son sencillas siempre y cuando sean ajenas y toda historia es una gran historia en las manos correctas. Lo segundo es justo lo que pasa en esta, la tercera novela de Alexandra Castrillón. Lo primero, ya cada uno lo descubrirá entre sus páginas.

Luego de volver de Nueva Zelanda, Jota se encuentra ante su primer día impartiendo clase en la universidad. Está allí al frente de un grupo de estudiantes a los que muy seguramente les dobla en edad y en experiencia a pesar de que sus anhelos no están dentro del aula de clase, sino entre páginas y tinta. Jota siempre ha querido ser escritor.

Al descubrir que sus estudiantes son más diferentes de lo que cree, que está un poco out en cuestión de redes sociales y debe afrontar la realidad de que estas hacen parte de la vida cotidiana de una gran mayoría de personas, Jota decide abrirse una cuenta en Instagram con el fin de descubrir este mundo, entender su dinámica y darle un espacio a @jotaescritor, su alter ego que es todo lo que él ha anhelado en su vida.

En sus ires y venires en Instagram, Jota va a conocer —con lo que el verbo implica en redes sociales— a Marcela, una mujer que pronto lo atrapará con su belleza, encanto y sensualidad, que le hará desear cambiar de rumbos, imaginarse una vida diferente a la que tiene, sin advertir que no todo lo que reluce es oro, ni que todo lo que se ve en redes sociales es real.

Lo primero que me llamó la atención de la novela fue su inicio: es atrapante, poco revelador y muy intrigante ¿Quién es Jota?, ¿cómo así que Nueva Zelanda?, ¿quién es Claudia?, ¿por qué terminaron? Son algunas de las preguntas que me engancharon con la novela desde el primer momento.

La novela, que parece versar sobre temas sencillos y sobre la vida de un puñado de personas comunes y silvestres, abre espacio para tocar temas actuales y más cotidianos en la vida de lo que creen algunos: la adopción, los secretos familiares, la trata de personas y la diferencia tan enorme que hay entre lo que mostramos en redes y lo que realmente vivimos, seguro que todos lo hemos hecho; no nos mintamos 😉.

Acá nos encontramos con dos personajes que a través de las redes van a poner a prueba su pasado, lo que creen ser, lo que esperan ser y lo que dicen ser. Una situación que —de forma general— todos los días se vuelve más cotidiana cuando dos personas deciden conocerse por fin en persona luego de haber entablado conversación con la ayuda de las redes sociales.

La elección de los recursos narrativos por parte de Alexa me pareció maravillosa: El cambiar de primera a tercera persona según el personaje da un giro narrativo bastante interesante en la lectura. La manera en la que se presentan los personajes: al principio sin mucho preludio y luego con los detalles sobre su personalidad en la medida que la historia lo va pidiendo da espacio para que el lector imagine un poco sobre qué pasará.

Llegué a pensar que Entre redes abordaría de nuevo el tema de los viajes en el centro de la historia como lo hizo Me muero por vivir (2019), la novela debut de Alexandra, por el contrario, el tema se vuelve uno de los recursos narrativos de esta y le ayuda a diferenciar los espacios y tiempos de una forma muy elegante. Este es uno de los puntos más fuertes de Alexa y que acá lo presenta en la justa medida.

Nunca me imaginé que en Entre redes me fuera a identificar en un par de situaciones que les pasan a los personajes, que la novela fuera a ser capaz de traer a mi memoria algunos episodios que ahora son bellos recuerdos que antes solo evocaban cierto lugar de la ciudad, cierto olor y que por primera vez logro recordar a través de un libro. Ese es el poder de la literatura: saber conmover, evocar y despertar los recuerdos del lector que tiene entre sus manos el libro. Es algo que Alexa sabe aprovechar en su novela. Sin duda, somos los libros que hemos leído y lo que hemos vivido.

La historia tiene dos giros en la trama tremendos, que llegan en el momento justo y cambian de una manera contundente la historia que se venía contando. Son dos golpes de realidad que afectan de forma diferente a los personajes, pero que son consecuencias de los actos de estos, la relación de causa – efecto en la novela está bien planteada y en estos dos momentos se nota.

Si bien los personajes con los que nos encontramos en Entre redes están construidos de tal forma que parecen bastante reales, nada maniqueístas y con toda una escala de tonos entre el blanco y el negro, Alexa sabe darle un toque a un par de ellos para que al final sí o sí se les termine odiando. Les dejo la tarea de descubrir acá cuál es.

Si están buscando una historia actual, que incluya amor, algo de otras ciudades y países y situaciones con las que se sientan identificados, Entre redes no debe pasar desapercibido, pues seguro encontrará en él esto que menciono y más. Con su tercera novela, Alexandra Castrillón ha mostrado toda la caja de herramientas que tiene para contar historias, herramientas que sabe usar y que van piano piano llevándola a su punto más alto.

Por cierto, léanselo hasta el final —como si eso tocara aclararlo— porque a lo mejor se encuentran con un salto de la realidad a la ficción… O, ¿será al reves?

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